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Parker
Parker
EE.UU. | 118 min | | 118 min
Director: Taylor Hackford
Intérpretes: Jason Stratham, Jennifer López, Michael Chiklis, Wendell Pierce, Clifton Collins Jr., Bobby Cannavale, Patty LuPone, Carlos Carrasco
Parker
Parker
EE.UU. | 118 min | | 118 min
Director: Taylor Hackford
Intérpretes: Jason Stratham, Jennifer López, Michael Chiklis, Wendell Pierce, Clifton Collins Jr., Bobby Cannavale, Patty LuPone, Carlos Carrasco
Público apropiado: Jóvenes-adultos
Contenidos [de 0 a 4]: Acción 3, Amor 1, Lágrimas 0, Risas 0, Sexo 1, Violencia 2
Contenidos [de 0 a 4]: Acción 3, Amor 1, Lágrimas 0, Risas 0, Sexo 1, Violencia 2
Parker es un ladrón sin escrúpulos, quizá la única regla moral por la que se guía es la de la lealtad hacia sus compinches de fechorías. Cuando éstos le traicionan tras el robo de la sustanciosa recaudación de una feria estatal, por no querer sumarse a su nuevo golpe, y le dejan tirado en una cuneta dándole por muerto, no cuentan con que su venganza va a ser de armas tomar. Y en efecto, les va a complicar mucho la vida en el audaz robo de joyas que preparan en Palm Beach.
Adaptación de una novela de Donald E. Westlake, servida para la mayor gloria del musculoso Jason Statham, y para mantener viva la maltrecha carrera actoral de Jennifer López. El escritor ha dado pie a películas cuando menos interesantes, con sus novelas o como guionista, véanse A quemarropa, Un diamante al rojo vivo, Los timadores, Two Much, Payback y Arcadia. La que nos ocupa, Parker, no es de las mejores, su ritmo es tremendamente irregular. Ello a pesar de tener tras la cámara a un veterano y competente artesano como Taylor Hackford (Ray, Noches de sol, Oficial y caballero).
A pesar del vibrante arranque en la feria, la cosa se desinfla enseguida, y la entrada de juego de la agente inmobiliaria a la que da vida la López no tiene ningún interés. La novia que viene a coser la heridas, o Nick Nolte, el papá de la chica, son personajes sin alma. Y ni siquiera hay un esfuerzo en perfilar un esbozo de plan perfecto de robo de joyas, en tal sentido, la cosa es bastante ramplona. Quedan entonces las peleas, muy, muy salvajes –esa mano de Statham atravesada por un cuchillo, ay, qué repelús–, una violencia seca que tal vez quiere retrotraer a los 70, pero que está servida sin demasiado encanto, si se nos permite usar esta palabra.
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