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martes, 12 de marzo de 2013

El libro: "Mario Bava" (Cátedra)

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Mario Bava (Carlos Aguilar, Cátedra, 336 págs)
 
El historiador cinematográfico Carlos Aguilar, reconocido sobre todo como autor de la exitosa "Guía del Vídeo-cine", es un gran especialista en el cine de género, como queda de manifiesto en sus libros sobre Sergio Leone, Jess Franco, Ray Harryhausen, Eugenio Martín o sus volúmenes "Cine fantástico y de terror español", o "Yakuza cinema".
 
Sin duda era uno de los autores más indicados para abordar la figura del italiano Mario Bava, especialista en serie B cuya breve filmografía anticipó gran parte de los pasos del cine fantástico y de terror de las últimas décadas. Se trata de una interesante aportación a la prestigiosa colección Signo e Imagen / Cineastas, de la editorial Cátedra, que ha dedicado volúmenes a los más prestigiosos realizadores de todos los tiempos.
 
Nacido en San Remo, en 1914, Mario Bava llevaba el cine en la sangre, pues era hijo de Eugenio Bava, director de fotografía. Siguió sus pasos, tras estudiar Bellas Artes, primero como simple operador y luego como cinematógrafo. Debutó como realizador en el campo de la ficción con la legendaria La máscara del demonio. Carlos Aguilar repasa su vida cronológicamente al tiempo que analiza su breve pero significativa trayectoria.

Aparte de su rigurosidad y completa documentación, destaca sobre todo que el libro destila una pasión sincera por el realizador italiano. Pero no por ello cae el autor en la hagiografía exagerada y antirracional. Aguilar tiene muy claro que Bava se movió dentro de los límites del cine de bajo presupuesto, y que gran parte de sus trabajos son fallidos. Pero por otro lado, sabe defender muy bien sus aportaciones como iniciador del 'gotico all'italiana', género en el que se enmarca Terror en el espacio, valioso precedente de Alien, el octavo pasajero, y también del 'giallo' (cintas de psicópatas diabólicos con argumentos enrevesados), corriente que comenzó con sus filmes La muchacha que sabía demasiado y Seis mujeres para el asesino. Para Aguilar, todos sus trabajos tienen momentos e ideas de valía, y además, sabe explicar muy bien sus dificultades para moverse en la restringida industria que había por entonces en su país.

El tomo deja claro que principalmente, Bava fue un profeta por su estética, un tanto recargada y colorista. "Usé aquellos colores rojos, verdes, y todos me decían que estaba loco. Pero después los usó también Federico Fellini y la gente gritaba maravillada", llegó a comentar Bava. Imitado hasta la saciedad por los directores que vinieron después, Carlos Aguilar acierta al precisar que la parte negativa es que muchos directores posteriores del fantástico sólo se han ocupado de la parte visual, descuidando por completo la coherencia narrativa, como se ve muy bien en el caso del insufrible Dario Argento. Y aunque algunas opiniones del historiador puedan no ser compartidas por los lectores (¿en serio cree que Blade Runner es un film sobrevalorado?), en general se trata de una inmersión muy completa en el legado de Bava.





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