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miércoles, 13 de marzo de 2013

La mansión del terror: "Al mal tiempo, buenas risas cinéfilas"


Seguro que todos tenéis entre vuestros conocidos a alguno de esos victimistas, que cuando te los encuentras te cuentan siempre problemas terribles, te presionan y te manipulan entre lágrimas. O acabas pasándolo mal intentando arreglar su vida, aún estropeándote la tuya, o te decantas por cambiar de acera cada vez que los ves, huyendo de ellos como de la peste.
Sin duda, la mejor es la opción 2.
Son como vampiros, que te absorben la energía, mucho cuidado con ellos. Y encima no retroceden cuando les enseñas un crucifijo (lo sé porque lo he probado y nada).

Todo esto viene a cuento de que –como habréis comprobado– desde hace unos días tenemos problemas técnicos en decine21.com, por lo que mientras se solucionan como mucho podréis leer criticas, información cinematográfica y material diverso aquí en decine21.blogspot.com. Pero tranquilos, no os voy a lloriquear cual Belén Esteban de la vida. Yo prefiero un poco de humor, incluso en los peores días.
No conviene olvidarse de la realidad, pero en momentos complicados, viene bien ponerse una comedia, y sonreír y tratar de distraerse unos minutos. ¿Cuáles son las películas que más os hacen reír? Éstas son las mías:
1. Cualquiera en la que salga Groucho Marx y simplemente abra la boca. Por ejemplo, Pistoleros de agua dulce:
–¿Llamas a esto una fiesta? ¡La cerveza está caliente y las mujeres frías! 

2. Cualquier comedia de Woody Allen, como Misterioso asesinato en Manhattan:
–No puedo escuchar a Wagner durante más de dos horas seguidas: me entran ganas de invadir Polonia. 

3. Una comedia escogida al azar de Billy Wilder. Por ejemplo, ahora que se ha estrenado en los cines Lincoln, la apología de la corrupción en la política, rodada por Steven Spielberg (en España se ha estrenado en un momento muy malo para tratar ese tema), me viene a la mente En bandeja de plata, sobre todo el momento en el que Jack Lemmon ve en televisión un film sobre el carismático mandatario, en donde éste pronuncia su célebre frase:
–No se puede engañar todo el tiempo a todo el mundo.
El personaje de Lemmon se la repite al de Walter Matthau, que interpreta a un letrado cínico sin ningún tipo de escrúpulos que ha concebido un plan para embaucar a la gente. Pone cara de perro y responde:
–Lincoln, buen presidente, mal abogado.
Esta secuencia me recuerda, por cierto, cuántos abogados hemos tenido que han sido malos presidentes del gobierno. No seáis mal pensados, no me refiero específicamente a Zapatero ni a Rajoy... 
Bueno, sí, qué narices, lo decía por los dos.

2 comentarios:

  1. A mí me gusta mucho 'Un novio para mi mujer', comedia argentina, y 'La cena de los idiotas', de F. Veber.
    Y ¡a ver cuándo arregláis la página!

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  2. Arreglarla por favor. El cine no es lo mismo sin vosotros...

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